Cuando tomamos un alimento , nuestro aparato digestivo lo digiere, es decir, desintegra todos sus componentes para que podamos asimilarlos, para que el intestino los absorba y después puedan ser usados para mantener las actividades de nuestro cuerpo. Todos estos procesos se hacen habitualmente sin notar ninguna molestia. Sin embargo, decimos que existe una reacción adversa a un alimento cuando al comerlo el cuerpo reacciona con unos síntomas anómalos dañinos.
Las reacciones adversas a alimentos pueden ser de varios tipos según su mecanismo de producción aunque popularmente se les llame alergia a todas ellas. Desde el punto de vista médico es importante clasificar si son o no verdaderas alergias ya que esto tiene importancia para su pronóstico y tratamiento.