Los primeros signos de alarma de una crisis asmática incluyen:
Tos, incluso sin estar acatarrado
Respiración rápida o irregular
Fatiga inusual
Sueño inquieto o tos nocturna que no permite conciliar el sueño
dificultades para hacer ejercicio
Un medidor de flujo espiratorio máximo (un dispositivo que mide la cantidad de aire exhalado por los pulmones) también puede ser un instrumento muy útil parar saber si se avecina una crisis asmática.